Algunas conclusiones interesantes de profesionales de la dirección de proyectos que podemos aplicar a nuestra actividad profesional para aumentar la competitividad.

Para un profesional, siempre es bueno escuchar nuevas opiniones y visiones de una materia que le es de interés. En este caso quiero trasladaros algunos aspectos que recogí en la Jornada técnica «Gestión y Dirección de Proyectos como impulso de la competitividad», organizada por SINNAPS, TECNIBERIA y la Asociación Española de Ingeniería de Proyectos (AEIPRO) y a la que asistieron más de 160 profesionales procedentes de distintos sectores.

Primera visión: tendencia a la especialización, gestión de los riesgos y aportar valor

«Existe una clara tendencia a la especialización, por lo que también hace falta un especialista para la gestión»

Joaquín De Hita, Engineering Director en Técnicas Reunidas, comentó durante su intervención, que «en el campo de la ingeniería, la gestión de proyectos debe contemplar tres elementos clave para que sea eficiente: el factor humano, los sistemas de gestión y las herramientas informáticas«. Asimismo, insistió sobre un aspecto clave para ganar en competitividad: «hay que tener presente siempre que en los sistemas de gestión todo está relacionado: riesgos y oportunidades, gestión del conocimiento, estandarización, control, gestión del alcance, toma de decisiones y por último entrega y cierre del proceso«.

Me gustó la aportación que hizó sobre la gestión de los riesgos en el proyecto y cómo muchos directores de proyecto se empeñan en jugar a la ruleta rusa, no con una bala, sino con las seis. También, que los proyectos deben recoger las lecciones aprendidas, aquellas que aportan valor.

Segunda visión: project management 1.0 y 2.0

«El Director de Proyecto es quien tendrá que buscar el sutil equilibrio entre la organización funcional y la del proyecto»

Por su parte, Fabrizio Tesolato, Managing Director Felguera – IHI, definió al Director de Proyectos de hoy día como un «auténtico superman», por el enorme volumen de competencias no técnicas que necesita un project manager en la actualidad: «Negociación, liderazgo, meditación, conflictos, mercado, trabajo en equipo, comunicación, psicología,
finanzas, negocios, orientación a resultados, creatividad, autocontrol, eficiencia, fiabilidad, contratación laboral, etc. Un superman«.
De entre todas estas competencias, sin duda, para Fabrizio Tesolato, resalta una habilidad clave. «Es el director de proyecto quien tendrá que buscar el sutil equilibrio entre la organización funcional y la del proyecto, siendo capaz de manejar situaciones y relaciones dentro del equipo, entre el equipo y la organización, y entre el equipo y el
cliente«.

El project management 1.0 es el que corresponde a la gestión tradicional, que se desarrolla conceptualmente a lo largo del siglo XX. A partir de el nuevo siglo, los proyectos se desarrollan en entornos complejos y complicados, extremadamente dinámicos, globales y con enorme influencia de los interesados. No solo se trabaja con equipos multiculturales, sino también multigeneracionales (conviviendo hasta cuatro generaciones en el mismo proyecto).

Otra idea interesante es diferenciar responsabilidad de autoridad, que en muchos proyectos y organizaciones se confunden.

Tercera visión: Transformación Digital

«La transformación digital es la necesidad de innovar y crecer de las compañías para adaptarse al mercado»

Sin embargo, el gran reto al que se enfrentan todos los profesionales, project manager o no, es la transformación digital de las empresas. Una herramienta con la que ganar en competitividad. «La transformación digital está cambiando los modelos de negocio y de ingresos de las compañías«, subrayó Manuel Giralt, Socio de Advisory de EY, quien explicó que «al quedar patente que el enfoque de la eficiencia de costes no ha sido suficiente para garantizar la supervivencia de algunas compañías, la digitalización se ha convertido en una de las principales vías para la innovación y el crecimiento«.

Unos datos concretos sobre los proyectos de transformación digital: el 84% fallan porque no cumplen las expectativas. Pero lo más increible, es que el 88% no saben porqué fallan.