El mundo del marketing y de las ventas está cambiando mucho en los últimos años. Muy pocas organizaciones son las «afortunadas» y tienen sus clientes cautivos. 

Además, la situación actual de la economía acentúa, si cabe, el exponencial cambio.
Ante está perspectiva un correcto sistema CRM (gestión de las relaciones con los clientes) permite a las organizaciones actuar frente al mercado y tomar una ventaja competitiva.
No se trata de explicar lo que es un CRM, pero sí expresar lo que no es:

  • Un CRM no es una aplicación informática.
  • Un CRM no es felicitar a nuestros clientes en fin de año o en su aniversario.
  • Un CRM no es diseñar una campaña impactante.
  • Un CRM no es un análisis de nuestros cleintes.
  • ….

En realidad, un CRM es un compendio de todo lo anterior y muchas cosas más. Se trata de una cultura de la organización con un enfoque total al cliente. 
Resulta imprescindible la participación de todos. Es decir, definir y mejorar el sistema de forma continua, aportar y corregir la información del sistema. Formar al usuario. Mejorar las expectativas de los clientes, ganar su confianza. Aumentar los beneficios.
Sin lugar a dudas, el comienzo es cambiar la cultura y la actitud de las personas de la organización. Todos tenemos relación con los clientes, el departamento comercial, el de proyectos, el departamento económico y …, ¡todos!
El sistema de gestión debe ser correctamente diseñado, la organización debe reflexionar sobre lo que pretende y establecer las bases de las relaciones. No es una tarea fácil, pero si muchos lo han hecho, ¿por qué no nosotros?
El uso de tecnología es necesaria, pero no suficiente. Existen programas que permiten la implementación del CRM, por ejemplo: Salesforce o Sugarcrm. Muchos programas de gestión de contactos como MS Outlook o Mozilla Thunderbird pueden servir.

Quizás lo más importante, ¡ACTUAR! No hay que dormirse en la tormenta.